martes, 10 de noviembre de 2009

Un médico cubano que soñaba con ser héroe Por: Rafael Leyva

Estar en Venezuela “es nuestro Moncada, nuestro Granma, nuestra Sierra Maestra”, afirma Jorge Luís Pérez San Juan:
Un médico cubano que soñaba con ser héroe
Pérez recibió el abrazo de Fidel Castro y de Hugo Chávez. Atendió partos en Haití, a oscuras y con una “incubadora” improvisada con lámparas de kerosén. “Siento que creceré gracias a este pueblo y al compromiso asumido por aportar mi granito de arena a esta inmensa misión”, confiesa
A pesar de que la entrevista estaba previamente concertada y se había previsto un suplente temporal para la atención de la larga cola de pacientes, no fue nada fácil despegar a Jorge Luís Pérez San Juan, especialista en cuidados intensivos, del consultorio número 1 en el Centro de Diagnóstico Integral Padre Cabrera de Los Teques, en el estado Miranda.
Al levantarse de su puesto, y después de examinar a una señora y a una joven aquejada por fuertes dolores abdominales, el doctor de 31 años agudizó su mirada hacia el inoportuno periodista para preguntar:
“¿Qué tiempo va ser la entrevista?”.
-¿Por qué decidió estudiar Medicina? -
Yo nací en un poblado pequeño del municipio Cueto, muy cercano a Birán, donde nació Fidel Castro. La casa donde crecí estaba al lado de un policlínico. Allí recuerdo que había una pediatra y un médico general que eran una especie de héroes locales; eran famosos por sus buenos diagnósticos y su entrega.
Allí comenzó a gestarse mi sueño; como sucede en las aventuras de televisión, uno, de niño, siempre quiere parecerse al héroe.
Entre sus talismanes digitales están dos imágenes que muestra con especial admiración: una foto con el comandante Fidel y otra con el presidente Chávez. Después de seis años de intensa preparación académica, la vida le regaló un momento excepcional: ser el mejor el graduado de su cohorte, lo que le permitió recibir el título de manos del líder histórico de la Revolución Cubana.
-¿Cómo describiría ese día?
-Inolvidable. Fue el 13 de agosto del 2003, fecha en la cual Fidel cumplía 77 años. Fue muy emocionante.
Recuerdo que al estar frente a Fidel, le dije: “Felicidades, comandante Fidel, por su cumpleaños, y muchas gracias, porque si no fuera por la Revolución, yo, descendiente de una familia humilde, negro y de un pueblito lejano, jamás hubiese podido estudiar y graduarme como médico. Él me respondió que iba a tener tiempo para hacer mucho por la Revolución y que vendrían nuevas y grandes tareas que cumplir.
-¿Es su primera misión como médico internacionalista?
-No. Después de cumplir el servicio social en el 2004, en una zona intrincada de la provincia de Guantánamo, llamada Sabaneta, viajé a Haití. En Haití conviví en una zona cercana al mar, a unos 40 kilómetros de la capital (Puerto Príncipe), donde no llegaba la electricidad. Allí se atendían muchos partos, la mayoría de noche.
Nos alumbrábamos con un farol. La incubadora que usábamos era aplicar un rápido secado con toallas para después poner al bebé entre dos lámparas de kerosén que le proporcionaban el primer calor al recién nacido.
LA CARDIOLOGÍA PUEDE ESPERAR
Después de tres años de especialización en cardiología, y a sólo seis meses de concluir la especialidad en Cuba, Jorge Luís Pérez San Juan debió interrumpir temporalmente su especialidad para venir a cumplir la misión a Venezuela, para lo cual realizó un diplomado en Cuidados Intensivos.
-El día que llegó a Venezuela tuvo un gran significado para usted. ¿Por qué?
-Fue muy especial, en primer lugar, porque llegamos el día 8 de octubre, fecha en la cual se conmemoró el aniversario número 42 de la caída del Che y el Día de la Medicina Integral Comunitaria en Venezuela. A esto se sumó que el recibimiento nos lo dio el presidente Chávez en el Teatro Teresa Carreño lo que nos multiplicó el compromiso y la emoción por comenzar esta tarea. Ese día tuve la responsabilidad de hablaren nombre de mis compañeros, y decirle al pueblo de Venezuela el orgullo y la responsabilidad que asumíamos con el reimpulso de Barrio Adentro. Fue histórico y simbólico para mí, pues también recibí el abrazo del comandante Chávez. Al final, me dijo: “Jorge Luís, que Dios te bendiga”.
Sentí que aquel abrazo no era solamente para mí, sino para todos los médicos cubanos, y el nuestro, para el querido pueblo venezolano.
-¿Cómo afrontan este reimpulso?
-Con mucho espíritu de trabajo y entrega. En lo personal cumplo horario en consulta desde las 7:00 am hasta las 4:00 pm, para el próximo día cubrir los casos de emergencia. Hay mucho trabajo por hacer, cosa que nos contenta pues así nos sentimos útiles a la Revolución Bolivariana .
-¿Cómo ha sido el recibimiento del pueblo venezolano y el de los pacientes?
-Se podría definir con una palabra: afectuoso. Yo veo que cuando uno le da cariño y respeto al paciente, tratándolo como nos enseñaron en Cuba, esto influye en el cariño con el cual nos retribuye. A casi todos las personas que llegan a esta consulta les explico que soy recién llegado y por tanto se me pueden escapar algunas palabras que no concuerdan con su terminología.
La respuesta de ellos siempre viene en forma de sonrisa para darme la bienvenida.
-¿Su juventud no afecta la confiabilidad de los pacientes?
-Eso se compensa con el trato profesional y de respeto. Trato de recibir a los pacientes de pie, y me les presentó siempre.
Después del análisis, en el momento del diagnóstico, les trato de explicar cómo pienso, qué es lo que creo que tienen y, si es necesario, hago un dibujo para ejemplificar.
Cuando ellos se dan cuenta de que lo que estás comentando coincide con su sintomatología y su experiencia, se van contentos y satisfechos de la consulta.
-¿Qué sentimientos provoca el estar lejos de Cuba y de su familia?
-Dejar a Cuba, a mi familia, mi madre y mi esposa para venir a Venezuela es una suerte de ambivalencia sentimental. Por una parte, la añoranza por la distancia de mis seres más queridos, y por otro lado, la gratificación de cumplir con el deber asumido con mis dos patrias. Estoy muy consciente de la importancia que tiene para el pueblo venezolano la Misión Barrio Adentro, que lleva salud gratuita a personas que durante muchos años estuvieron apartadas por el sistema de salud capitalista.
-Si tuviese la oportunidad de enviarles un mensaje a su madre, esposa y amigos, ¿qué les diría?
-A todos les diría que en la distancia los tengo más presentes y que me siento muy orgulloso de ser parte de la tarea tan importante y necesaria. En cada momento de la historia, los hombres tenemos acciones que llevar adelante, que nos ponen a la altura de los tiempos en que vivimos. Este es nuestro Moncada, nuestro Granma, nuestra Sierra Maestra, nuestra oportunidad de ser internacionalistas, médicos y humanistas, como el Che.
“Me siento muy orgulloso de ser parte de la tarea tan importante y necesaria”, asevera
T y F/ Rafael Leyva

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