Una jornada democrática
Escrito por DIARIO VEA
El PSUV dio el domingo pasado una demostración de ejemplar desempeño democrático.
No hay partido político en Venezuela que se atreva a someterse a una prueba semejante. Tampoco conocemos ningún precedente en escala internacional. Las viejas organizaciones políticas seleccionan sus candidatos a elecciones en círculos cerrados de dirigentes, a espaldas de sus afiliados y del pueblo.
El PSUV llevó a cabo una jornada en la cual la decisión la asumió la propia base partidista, la militancia llana y común, de una manera entusiasta y sin complejos. La conclusión no puede ser otra. El partido que gobierna a nuestro país es una fuerza democrática, desde los pies hasta la cabeza. Ninguna otra parcialidad política nacional o extranjera puede darnos lecciones sobre democracia.
Las elecciones del domingo son un nuevo y contundente desmentido a la calificación de dictadura irresponsablemente endosado al Gobierno bolivariano de Hugo Chávez por los voceros de la derecha internacional desde sus cubiles en Norteamérica y España. Venezolanos y venezolanas estamos orgullosos de contar con una democracia de nuevo tipo, de la cual el protagonismo del pueblo es el sostén principal y el poder popular se convierte cada día en una realidad tangible.
Las elecciones del domingo fueron una demostración de la elevada conciencia y responsabilidad de la militancia socialista. El militante votó sin presión alguna. Con plena libertad para escoger el nombre de su preferencia. Además, como un hecho positivo adicional, las elecciones marcaron una saludable tendencia a renovar los cuadros dirigentes del PSUV.
Escrito por DIARIO VEA
El PSUV dio el domingo pasado una demostración de ejemplar desempeño democrático.
No hay partido político en Venezuela que se atreva a someterse a una prueba semejante. Tampoco conocemos ningún precedente en escala internacional. Las viejas organizaciones políticas seleccionan sus candidatos a elecciones en círculos cerrados de dirigentes, a espaldas de sus afiliados y del pueblo.
El PSUV llevó a cabo una jornada en la cual la decisión la asumió la propia base partidista, la militancia llana y común, de una manera entusiasta y sin complejos. La conclusión no puede ser otra. El partido que gobierna a nuestro país es una fuerza democrática, desde los pies hasta la cabeza. Ninguna otra parcialidad política nacional o extranjera puede darnos lecciones sobre democracia.
Las elecciones del domingo son un nuevo y contundente desmentido a la calificación de dictadura irresponsablemente endosado al Gobierno bolivariano de Hugo Chávez por los voceros de la derecha internacional desde sus cubiles en Norteamérica y España. Venezolanos y venezolanas estamos orgullosos de contar con una democracia de nuevo tipo, de la cual el protagonismo del pueblo es el sostén principal y el poder popular se convierte cada día en una realidad tangible.
Las elecciones del domingo fueron una demostración de la elevada conciencia y responsabilidad de la militancia socialista. El militante votó sin presión alguna. Con plena libertad para escoger el nombre de su preferencia. Además, como un hecho positivo adicional, las elecciones marcaron una saludable tendencia a renovar los cuadros dirigentes del PSUV.
Militantes jóvenes han pasado a relevar, sin trauma ni conflicto, a veteranos dirigentes.
Sin embargo, no cabe en absoluto dejarse ganar por la arrogancia. Debemos tomar en serio la elevada abstención. Si bien dos millones y medio de votos es una excelente participación, debemos hacer los mayores esfuerzos para mejorar la incorporación de los inscritos a las filas del activismo partidista. El miembro que no votó el domingo debe ser buscado y atraído a las filas, debe ser ganado para la gran batalla del 26 de septiembre
Sin embargo, no cabe en absoluto dejarse ganar por la arrogancia. Debemos tomar en serio la elevada abstención. Si bien dos millones y medio de votos es una excelente participación, debemos hacer los mayores esfuerzos para mejorar la incorporación de los inscritos a las filas del activismo partidista. El miembro que no votó el domingo debe ser buscado y atraído a las filas, debe ser ganado para la gran batalla del 26 de septiembre
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